Mantener unos niveles de azúcar en sangre elevados durante mucho tiempo puede provocar complicaciones de salud graves. Por ello, es imprescindible reconocer las señales de alerta que nos envía el cuerpo.

Más allá de la elevada y preocupante presencia de esta enfermedad en la sociedad actual, existe un dato que lo agrava aún mas, y es que se estima de la mitad de las personas que tienen diabetes no están diagnosticadas. Es decir, que no forman parte de los números mencionados.

Además, no hay que olvidar que la diabetes, como muchas otras enfermedades, a medida que avanzan, su pronóstico se vuelve más complicado y su curación, más dificultosa. Esto es lo que ocurre con todas las personas que desconocen que sus altos niveles de azúcar en sangre están dañando su salud.

Por tanto, parece que es del todo conveniente conocer los síntomas que nos alertan de la diabetes, y así poder comenzar a tomar las medidas oportunas para controlarla y frenar su avance.

1 – Sed excesiva

Tener más sed de lo habitual «es uno de los signos clásicos de la diabetes, junto al aumento del volumen de orina”.

2 – Hambre constante

Tener hambre a todas horas sin conseguir saciarte suele darse cuando hay un déficit importante de insulina.

«La insulina facilita la entrada de la glucosa a las células. Cuando no hay suficiente, no se pueden ‘alimentar’, por mucho que los niveles de glucosa en sangre sean muy elevados» Y el cerebro responde a esta falta de alimento para las células activando la sensación de hambre.

Al incrementar las ingestas, se eleva aún más el azúcar en sangre pero las células no pueden aprovecharlo.

3 – Pérdida de peso sin motivo

Muchas veces, y a pesar de comer de más, se adelgaza. Este síntoma tiene mucho que ver con el proceso anterior porque, al no poder aprovechar la glucosa, el cuerpo utiliza la grasa almacenada como fuente de energía, quemándola.

4 – Cansancio inexplicable

Es posible que te notes sin fuerzas a pesar de descansar lo suficiente. La deshidratación que provoca ir tanto al baño es una de las causas. La otra, que las células no puedan aprovechar bien la energía de los alimentos (que se transforma en glucosa).

5 – Dormir y diabetes

Un sueño poco saludable, ya sea por insuficiente o excesivo, aumenta el riesgo de diabetes

6 – Visión borrosa

Si te cuesta enfocar los objetos y los ojos te pican, la diabetes puede estar detrás. La deshidratación afecta a todos los órganos, también a los ojos. Si no están bien lubricados, es más fácil que aparezcan las molestias propias de la vista cansada o presbicia.

7 – Infecciones frecuentes

Las infecciones por hongos (como el pie de atleta o la candidiasis) y por bacterias (como la E. coli), son más comunes.

La deshidratación reseca piel y mucosas, que se debilitan y son más susceptibles a infecciones. Eso provoca que disminuyan los niveles de una proteína producida precisamente en la piel (la psoriasina), una sustancia fundamental para eliminar la bacteria E. coli; por eso cuando el cuerpo no tiene suficiente, aumenta el riesgo de infecciones de orina en personas con la glucosa alterada, tal y como alerta un reciente estudio publicado en Nature Communications.

Además, el azúcar alto en sangre altera el pH de la dermis, y esto también favorece el crecimiento de hongos y levaduras.

8 – Hormigueo en pies y manos

Aemás de hormigueo, puede darse una falta de sensibilidad. Suele notarse cuando los niveles altos de azúcar en sangre acaban dañando los nervios, normalmente de manos y pies. Se conoce como neuropatía diabética.

Hasta el 15 % de pacientes en el momento del diagnóstico ya sufren esta alteración. «Y esto supone que, como mínimo, presentaban niveles elevados de glucosa los cinco años anteriores».